viernes, 26 de diciembre de 2008

Nuestros queridos maestros

Me cuenta mi madre (porque yo por aquellos tiempos todavía estaba en la mente divina, como decía mi profesor de dibujo y pintura Pedro A. Hernanz) que cuando ella era una chiquilla, los niños torrellaneros iban a clase a las Escuelas Nacionales, que estaban ubicadas donde hoy se encuentran la biblioteca y el dispensario médico, en la actual Plaza del Mestre Cutillas (plaza que por aquel entonces sólo era un solar de tierra, y maestro que no tuve la suerte de tener pero que sé que es muy conocido y apreciado en el pueblo, tanto como para haber dado nombre a una de nuestras plazas). Cuando yo empecé a ir al colegio ya no se iba a las escuelas viejas pero recuerdo que mi hermano mayor iba allí a clases de judo con Romualdo y yo a clases de gimnasia rítmica con Loli Herrera, así que también tengo en mi memoria el aspecto que tenían las instalaciones antes de que las modificaran el paso del tiempo y la mano del hombre.

Como mandaba la norma del momento, los niños y las niñas iban a clases separadas, y había tan pocos alumnos (porque Torrellano todavía era una pedanía muy reducida) que en la misma clase se juntaban chiquillos de todas las edades. Había un maestro para los niños y una maestra para las niñas. El maestro vivía en una casita que había adosada a la izquierda de las escuelas, que hoy forma parte del centro médico, y la maestra en una casita adosada a la parte de la derecha, donde hoy se encuentra el centro de atención al ciudadano.

En los años en que mi madre fue al colegio, el maestro se llamaba don José, de él mi madre tiene menos recuerdo porque, naturalmente, ella iba con la maestra a la clase de las niñas. De la maestra sí se acuerda bien, y además con mucho cariño. La llamaban doña Pilar y es la madre de nuestro también muy querido maestro D. José Toro. Mientras le pregunto a mi madre todo esto la veo recordar con cariño a doña Pilar, a sus compañeras, la leche en polvo que les preparaban, el Parvulito, la Enciclopedia Álvarez, las canicas y demás juegos de niños...

En esta fotografía de principios de la década de los 60 podemos ver a doña Pilar con sus alumnas, entre las que se encuentra mi madre, Mari Carmen Gaona, y otras niñas torrellaneras de aquella época como MªEugenia, Finita, Vicentina, Leonor, Ilumi, Mª Ángeles, Mª Carmen, Mª Nieves, Luisa, Mª del Mar, Rosi, Margarita, Mª Asunción, Angelita, Teresita, etc.

El hijo de doña Pilar, don José Toro, sí que fue ya maestro en mis tiempos de colegio, pero no tuve la suerte de tenerlo en ningún curso. Mi hermano Miguel ('Miguelito', como don José le dice) sí lo tuvo, y más tarde lo tendría también mi hermano Dani, ambos le guardan un cariño especial, y sé que don José también los aprecia mucho.

En esta fotografía de la década de los 80 podemos ver a don José con sus alumnos, entre los que se encuentra mi hermano Miguel y sus compañeros Ángel, Brígido, Jesús, Ester, Sanchís, Durá, Ani, Jorge, Óscar, Mercedes, etc.


Don José ha sido, es y será una de las personas más conocidas y apreciadas en el pueblo. Maestro, escritor, pintor... persona comprometida con la sociedad y hasta fundador de una ONGD (Mapayn Mundi: Movimiento alicantino pro ancianos y niños del mundo) que buena ayuda ha prestado y sigue prestando en Perú.

No tuve como maestro a don José pero sí tuve en cambio a su esposa, a doña Elvira, y además la recuerdo con muchísimo cariño porque fue mi primera maestra cuando empecé mi andadura colegial con cuatro añitos, allá por el año 80, en el entonces C.P. San Fernando (hoy C.P. Antonio Machado). La recuerdo como una mujer firme, con carácter, entregada a su trabajo y a sus niños. Y mira tú qué cosas que también en el instituto volví a encontrarme con un componente de esta familia de educadores, José Toro hijo, que igualmente se ha dedicado a la docencia, esta vez de secundaria. Precisamente hizo las prácticas en el instituto San Blas de Alicante en el que yo estudié y me dio alguna clase que otra, cosa que me hizo verdadera ilusión porque fue como volver a encontrar un cachito de Torrellano y de mis buenos recuerdos de la infancia concentrados en aquel chico joven recién salido de la Universidad, que venía, siguiendo los pasos de varias generaciones, a dedicar su vida a la difícil tarea de la enseñanza.
A mí me ha gustado mucho ir al colegio y estudiar. Ya desde el primer día, mientras muchos niños y niñas se lo pasaron llorando y queriéndose marchar a casa, yo sentí el placer de sentarme en las sillitas de madera y aquellas mesas que recuerdo hexagonales y escuchar a la maestra que con tanta dedicación nos hablaba, y mirar la pizarra, y pintar... Recuerdo con mucho cariño a todos los maestros que tuve en la escuela, a Elvira, Lilén, Jesús Marcos, Jaime, Carmencita, Jesús Vicente, Miguel Ángel, Jesús Santos, Cartagena... Especial cariño le he tenido y le tengo a Jesús Marcos, que ha sido el maestro que más años he tenido en el colegio, cariñoso y buena persona, lo recuerdo atándome el poncho o los cordones de los zapatos y repartiéndonos a todos piedras de caramelo. Y, por supuesto, también recuerdo con cariño a aquellos niños que me acompañaron en clase durante tantos años: Mª del Mar M., Sofi, Caye, Alicia, Rafa, Ana, Mª del Mar N., Tina, Sergio, Paco, Luis Alberto, Juan Antonio, Ester, Rosa, Eva, Manolo, Rosi, Vane, Mari, etc.

Aquí estamos fotografiados los alumnos de 1ºA de E.G.B. del C.P. Antonio Machado (actual C.P. La Paz) del año 1982. Lástima que quien hizo la foto se centró en los niños y no se dio cuenta de que cortaba a nuestro maestro, que por aquel entonces era Jesús Marcos.

Y como colofón me quedo con una imagen... una pintura que me emocionó mucho cuando la vi por primera vez en un folleto de Mapayn Mundi, una pintura de don José Toro de una barquita que lleva escrito el nombre de 'Elvira' en el costado... Cada vez que hojeo el folleto mi mirada termina posándose en esta barquita y me viene a la mente mi infancia, mis compañeros, mis maestros, mi colegio... y no puedo más que sentir un inmenso agradecimiento hacia todos aquellos hombres y mujeres que dedicaron y dedican su tiempo a educarnos, formarnos y prepararnos lo mejor posible para la vida. Gracias.



Publicado en El Crisol, nº 26, octubre-noviembre 2006.

martes, 9 de diciembre de 2008

Medallas dedicadas a nuestra Patrona

El pasado domingo día 7 de diciembre de 2008, en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Torrellano, se llevó a cabo la bendición de las medallas dedicadas a nuestra Patrona, medallas que la Gestora de Festejos Parroquiales con tanta ilusión mandó fabricar hace unos meses. Elegimos el modelo de las medallas y el color de los cordones que consideramos que más se ajustaban a la imagen de nuestra Virgen. Fermín Valero, editor de nuestra querida revista local El Crisol, amablemente hizo varias fotografías a la talla de nuestra Purísima que posteriormente se enviaron por correo electrónico para que sirvieran de modelo para la fabricación del molde.

Todo fue preparado con muchísima ilusión y personalmente creo que el resultado ha sido muy satisfactorio; las medallas han quedado preciosas, y tienen, para los que nos sentimos torrellaneros, un valor sentimental incalculable.

En la eucaristía de la víspera de nuestro día grande se llevó a cabo la bendición de las medallas, como he dicho al principio, y la imposición de las mismas a los miembros de la Gestora de Festejos Parroquiales, a los costaleros de nuestra Patrona y a las mujeres que acompañan con teja y mantilla a nuestra Purísima en su procesión por las calles de Torrellano. Las demás medallas estarán a disposición del resto de convecinos que deseen adquirirlas por un módico precio si lo comparamos con el enorme valor que esta piececita metálica supone para nosotros. Estas medallas más que un reconocimiento a nuestra labor significan un compromiso, una renovación de nuestro compromiso con la Patrona y con nuestras queridas fiestas patronales, compromiso que espero podamos todos cumplir.

Ofició esta solemne misa nuestro párroco Domingo García Guillén. La música y las voces corrieron a cargo del Cor de Cambra Santa María d’Elx y el Coro Parroquial de La Inmaculada de Torrellano, ambos bajo la dirección de Mar García Vicente. Éste ha sido el primer día que los dos coros de Mar han cantado conjuntamente y creo que el resultado ha sido magnífico. Como componente del Coro de la Inmaculada tengo que decir que la sensación no fue que cantábamos con un coro extraño sino que parecía que habíamos cantado siempre juntos, no sentimos extrañeza porque hemos sido educados en el canto por la misma mano. Era como si estuviéramos cantando como siempre pero más reforzadas, con más voces, con un resultado más bonito, más apoteósico. Gracias al Cor de Cambra d'Elx por sus voces y su cariño ese día y el día siguiente que también nos acompañaron. Muchas veces que nos podamos juntar.

Un bonito día para el recuerdo de un acto que nunca se había llevado a cabo en nuestro pueblo.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Restauración de nuestra primera campana

El pasado sábado 22 de noviembre de 2008 tuvo lugar en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Torrellano la bendición de la primera campana que hubo en la desaparecida ermita de nuestro pueblo, que ha sido restaurada y mecanizada por nuestro convecino Manolo Espadas Sola. La eucaristía y la bendición corrieron a cargo de nuestro párroco Domingo García Guillén. Amenizó la misa el Coro de la Inmaculada de Torrellano bajo la dirección de Mar García Vicente.

Se trata de la primera campana que existió en Torrellano para congregar a sus feligreses. Situada en nuestra desaparecida ermita, quedó prácticamente inservible en tiempos de guerra. Con la magnífica labor de restauración que se le ha practicado, luce hoy brillante y renovada. Nos comunica nuestro párroco que dicha campana se utilizará a partir de ahora para congregarnos los días grandes, tales como la festividad de nuestra Patrona, en Pascua o en Navidad.

Fueron los padrinos de este solemne acto mis queridos amigos Manolo Espadas y su esposa Paqui Agulló. Gracias a los dos por recuperar para nosotros un elemento de nuestra historia que no merecía estar en el olvido, ya que son todas estas pequeñas cosas las que nos unen y nos dan identidad como pueblo.

Publicado en El Crisol, nº 39, diciembre 2008 - enero 2009.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pedro Ángel Hernanz Celestén (Pintor)


La vida me brindó la oportunidad de conocer a don Pedro, Pedrito, como lo llamaba cariñosamente Dora, su adorable esposa. Pedro nació en Torrelaguna (Madrid) el 19 de mayo de 1930, pero vivió dieciocho años en Torrellano (desde 1977 hasta 1995, año de su fallecimiento) y fue muy conocido entre sus gentes. Muchos fueron los rincones del pueblo que reprodujo su pincel: la plaza san Crispín, la estación del tren, la calle río Segura, ese árbol tan característicamente nuestro que es el almendro… Compaginaba su labor como pintor y maestro con la de rotulista para empresas.

Recuerdo que comencé las clases de dibujo y pintura allá por el año 1986, cuando apenas contaba 10 añitos, y las continué durante cuatro o cinco años. Empecé con el dibujo artístico, continué con el dibujo lineal y terminé con la pintura acrílica y al óleo.

Al principio dábamos clase en la sacristía de la Iglesia, antes de la reforma, cuando todavía no había el despacho que hay ahora y todo era una sala que entonces me parecía enorme. Don Pedro extendía unas mesas plegables que traía en su furgoneta y allí nos daba las clases a niños y niñas de todas las edades.

Más tarde tuvimos que dejar la sacristía y, aprovechando el buen tiempo, Tonica García y Jaime Sempere, padres de Mª Victoria y Adrián (también alumnos de don Pedro), nos cedieron amablemente el porche de su jardín y allí dibujamos una temporada saludablemente rodeados de flores y plantas.

Finalmente, don Pedro montó una escuelita en un piso de la avenida de Segarra, en la misma escalera donde vivían él y su mujer, encima de lo que hoy es la tienda de piensos Rufo, que entonces era un taller mecánico. Era una escuelita muy acogedora, con un pequeño taller de pintura y dos aulas con pupitres, pizarras y unas paredes repletas de cuadros pintados por él.Muy especial para nosotros, sus alumnos, fue que nos permitiera participar en la exposición que hizo en el año 1987 en la sala de exposiciones que tenía la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia en la avenida de Segarra (más o menos a la altura de lo que hoy es Calzados Juanita). Fue todo un lujo que junto a sus cuadros expusiera los nuestros, los de sus pupilos, y que todo el pueblo pudiera contemplarlos. Participaron también en aquella exposición mis primos Pedro Sabater, Rocío Rocamora y Rosa Mª Jerez; mis vecinitos Gustavo A. Tarí y Raúl Rebollo; Jorge y Eduardo Moragues, Mª Victoria y Adrián Sempere, Esteban Esclapez, Mª del Pilar Ruiz, Juan A. y Eva Mª Beviá, Francisco y Ana Esclapez y Antonio Soriano.

Recuerdo con mucho cariño los años que pasé yendo a clases con don Pedro, lo dicharachero y cariñoso que era con los niños… Había vivido varios años en Lima (Perú) y disfrutaba contándonos historietas de las gentes de allá, de cómo las mujeres preparaban una papilla masticando ellas mismas no recuerdo qué planta, o de la existencia de “la tribu de las cabezas reducidas”… incluso nos llegó a enseñar dos cabezas reducidas que guardaba en su casa, que, evidentemente, no eran de verdad pero que impactaban nuestra imaginación infantil. Tenía una expresión muy característica que a mí me gustaba mucho y que he adoptado yo misma: cuando algo no funcionaba como se esperaba, él siempre tenía una solución, siempre buscaba un apaño, una alternativa, y nos decía: “¡Hay que llamar al ‘tío Mañas’…!”. Aprendí mucho de él y, aunque después fui a clases de pintura a l’Hort del Xocolater (Elche) con otros profesores que seguían otras técnicas distintas, siempre me han quedado las pautas que me enseñó don Pedro y que yo interioricé e hice mías.

Al cabo de los años, mucho después de que dejara las clases de pintura, exactamente el día 8 de febrero de 1995, mi madre me dio la aciaga noticia… don Pedro había fallecido… me sentí verdaderamente triste porque es una persona a la que guardo muchísimo cariño. Hoy sus restos descansan junto a su Dora en la calle Santa Bárbara del cementerio de Torrellano. Cada vez que contemplo una bonita puesta de sol recuerdo los preciosos cielos que pintó don Pedro en vida y me imagino que también éste, si se puede, lo estará pintando desde allá arriba su alma de pintor incansable…
Publicado en El Crisol, nº 29, abril-mayo 2007.

lunes, 24 de noviembre de 2008

El porqué del título

este cumpleaños
no es
mi verdadero
porque este alrededor
no es
mi verdadero
los cumpliré más tarde
en febrero o en marzo
con los ojos que siempre me miraron
las palabras que siempre me dijeron
con un cielo de ayer sobre mis hombros
y el corazón deshilachado y terco
los cumpliré más tarde
o no los cumplo
pero éste no es mi verdadero

“Cumpleaños en Manhattan” Mario Benedetti
Poemas del hoyporhoy (1958-1961).

Se empeñaba el poeta en no celebrar su cumpleaños en un alrededor que no era el suyo… Como él, yo también quiero pasar mis años en mi verdadero, en mi alrededor, “con los ojos que siempre me miraron, las palabras que siempre me dijeron, con un cielo de ayer sobre mis hombros”. Éste que aquí os voy a mostrar sí es mi verdadero… Retalitos de mi día a día, trocitos de mí, de mi gente, de mi pueblo... pedacitos de vida, porque la vida es justo eso: un haz de cosas pequeñas, como estos preciosos clavelitos que plantó mi padre, cosas que no por ser pequeñas dejan de ser maravillosas, maravillosas porque nacen del amor y maravillosas porque van a ser mostradas con todo el cariño del mundo.

Gracias por visitarme.